En Guayaquil, la gente no olvida el ruido de la explosión. Fue tan duro que los vidrios temblaron. Lo primero que se les vino a la mente era una bomba, pero jamás se imaginaron que se trataría de un vehículo con explosivos.
La Policía aún investiga cómo se produjo este hecho. Agentes de Criminalística llevan cinco días analizando las piezas del automotor que estalló a pocos metros de la Unidad de Vigilancia Comunitaria, en la Florida Norte.
Los uniformados dicen que la investigación es reservada, pero lo que se conoce es que fue una retaliación de una banda delictiva en contra de la Policía por los operativos de control. En el último año ya se han incautado de más de 235 toneladas de droga.
Los agentes dicen que este hecho se investiga “con cautela y de forma muy minuciosa”, pues es la primera vez que ocurre este tipo de hechos en Guayaquil. Incluso, se sospecha la presencia de extranjeros detrás de este hecho.
Los investigadores tienen informes, que señalan que este tipo de ataques son originarios de mafias con vínculos a los carteles mexicanos y colombianos. En el último año, en el país se han registrado cerca de 23 ataques con características de estas mafias extranjeras.
De hecho, el coche bomba de Guayaquil no ha sido el único caso de este tipo. En Esmeraldas, 11 días antes se reportó la detonación de dos vehículos. Los agentes informaron que en esos hechos se utilizó gas para estallar los automotores. Cinco personas fueron detenidas, entre ellos hay quienes tienen instrucción paramilitar.
La Fiscalía también indaga. Uno de sus agentes dice que detrás de estos actos hay formación terrorista que pretende infundir miedo en la sociedad.