En Quito, el sistema de transporte de pasajeros es un peligroso foco de contagios de COVID-19.
Sobre todo, porque los miles de usuarios se aglomeran en los biarticulados del Metrobus y Ecovía y esto ocurre cuando los contagios están en lo más alto.
Se restrigue la movilidad, si impone el toque de queda, pero en las horas pico en los buses opera el salve quien pueda.
Por ejemplo, en el Playón de La Marín, miles de usuarios luchan para no contagiarse, en medio de la aglomeración y la necesidad de dirigirse al trabajo o retornar a casa.
Las unidades salen cada 2 minutos y medio, pero a veces la secuencia tarda y esto genera mayor saturación, por lo que colapsa estación de transferencia.
Personal de la empresa de pasajeros, sin recibir todavía la vacuna, soportan la arremetida del constante y apresurado flujo de personas que cada minuto aumenta.
En la unidades se pide que las ventanas estén abiertas, pero no siempre se cumple.
Los usuarios afirman que no es necesario buscar fiestas clandestinas o sitios de concentración, ya que el coronavirus está aquí, se tratanporta con ellos.