El artículo 16 de la Ley Orgánica de la Defensa Nacional establece que las Fuerzas Armadas (FF.AA.) controlan el tráfico, venta y uso de armas de fuego y municiones. Sin embargo, la Policía Nacional apoya en esta labor a través de operativos antidelincuenciales. Según el Ministerio de Gobierno, entre enero de 2017 y agosto de 2019 se decomisaron 6.352 revólveres, 2.300 pistolas y 2.198 cartucheras. El material bélico se lo entrega a las FF.AA. para su posterior destrucción. Diego Tipán, subsecretario de Seguridad Ciudadana del Ministerio de Gobierno, señaló que esos controles son una prioridad, ya que la tasa de homicidios refleja que “uno de cada dos asesinatos sucede con armas de fuego”. El artículo 360 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) sanciona con 6 meses a un año por tenencia (en domicilio o trabajo) sin autorización; y de 3 a 5 años de prisión por porte (llevar en la calle) si no se tiene permiso. Los reportes de la Policía Judicial Nacional son un indicador de la recurrencia de este delito en 2019. Una de las acciones más grandes fue el operativo Jaque X. La Policía interceptó un vehículo con cerca de 5.000 municiones de 9 milímetros. Según investigaciones previas, el trayecto fue Perú, llegó a Santo Domingo de los Tsáchilas con destino hasta San Lorenzo, Esmeraldas. Uno de los agentes del caso señaló que, posiblemente, el destino final era Colombia, para distribuirlas a grupos irregulares. Tipán reiteró que fortalecer los operativos es la clave para erradicar este delito. En 2018 se incautaron 5.758 armas; mientras que en 2019 se confiscaron 6.368 armas
Guayaquil es la ciudad que concentra el mayor número de decomisos, reconoció Tipán. En 2019 fueron incautadas 1.306 armas. “Esto quiere decir que una de cada seis armas decomisadas provino de esa ciudad”. El analista Sergio Cadena explicó las variantes que originan ese panorama. No solo se trata de una de las ciudades más grandes del país, sino que además es el puerto principal. A nivel internacional, dijo, los puertos son sitios muy conflictivos. En estos puntos es recurrente el tráfico de bienes ilícitos. “Ese fenómeno no solo se registra en Guayaquil, sino en los puertos en general”. Con ese criterio coincidió Tipán, quien recordó que, en general, los puertos son zonas en donde se origina el contrabando y esta actividad viene asociada con delitos de crimen organizado como sicariato, asaltos a mano armada y otros. Los registros señalan zonas de menor número de incautaciones. En Quito hubo 461 armas decomisadas. Por provincias, en Esmeraldas se decomisaron 514 armas; en Sucumbíos se confiscaron 156; Cotopaxi, 82; Azuay, 80; en Carchi, 72; y Chimborazo, 65. (I)
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