Han pasado más de tres años desde que Armie Hammer, quien una vez fue una de las estrellas más prometedoras de Hollywood, fue acusado de abusos y prácticas perturbadoras, como el canibalismo, por una cuenta anónima de Instagram. Desde entonces, su carrera ha caído en picada, y su vida personal ha seguido un camino igualmente devastador.
Hammer no solo perdió su posición en la industria del cine, sino también a su esposa, Elizabeth Chambers, con quien estaba casado. Su vida familiar se desmoronó, y ahora solo puede ver a sus dos hijos bajo supervisión.
Además, la fortuna que una vez le perteneció, proveniente de una de las familias más poderosas de Estados Unidos, ha disminuido drásticamente. Esta fortuna, acumulada inicialmente durante la Ley Seca y posteriormente aumentada en la industria del petróleo, parece haberse desvanecido junto con su reputación.
La historia de Armie Hammer, ya impactante por sus raíces familiares llenas de escándalos, asesinatos, y conspiraciones con espías rusos, se ha vuelto aún más turbia con las acusaciones recientes.
El documental House of Hammer, que explora estas controversias, ha mantenido vivo el interés en su caso, aunque Hammer ha luchado sin éxito por limpiar su nombre. A pesar de todos los intentos por alejarse de las sombras de su pasado, la historia de Armie Hammer parece destinada a permanecer en los anales de la infamia.