Cientos de manifestantes y activistas siguen encarcelados un mes después de las históricas protestas del 11 de julio en Cuba, mientras sus familiares y organizaciones defensoras de los derechos humanos denuncian malos tratos, falsas acusaciones e irregularidades procesales.
Al menos 805 personas fueron detenidas durante o después de las protestas, de las que 249 han sido liberadas, 516 permanecen en prisión y 40 en paradero desconocido, según el centro de asesoría legal Cubalex.
«El proceso de verificación es lento. Hay miedo dentro de Cuba y las familias temen que se haga pública determinada información», explica a Efe la abogada Laritza Diversent, directora y fundadora de Cubalex, que brinda asesoría legal a los arrestados del 11 de julio y sus allegados.
Algunos, sin embargo, han perdido el miedo y denuncian la situación de sus seres queridos en las prisiones de Cuba.