Al menos 23 personas murieron y 65 están hospitalizadas por el accidente de un metro de la Ciudad de México ocurrido en la noche del lunes al desplomarse una viga que sostenía un puente de la línea 12 entre la estaciones de Olivos y Tezonco.
La estructura sobre la que circulaba el metro de la línea 12 se derrumbó y dos de los vagones se desplomaron a una avenida repleta de vehículos a las 22.20 hora local (03.20 GMT del martes).
Los vecinos de la zona criticaron inmediatamente en redes sociales las reiteradas denuncias que han venido haciendo sobre el mal estado de la estructura que se dañó en el último gran terremoto que sufrió la Ciudad de México en septiembre de 2017. «Lamentablemente lo que ocurrió fue el vencimiento de una trabe (viga) al paso de un convoy, se van a hacer todas las investigaciones para conocer la causas que provocaron este accidente», informó la jefa de Gobierno de la capital, Claudia Sheinbaum, en una conferencia de prensa en el lugar del accidente.
Sheinbaum aclaró que hay menores entre las víctimas, aunque no precisó si han fallecido o están heridos, aunque si confirmó que el número de fallecidos ya asciende a 23. «Lo ocurrido en el metro es una terrible tragedia. Mi solidaridad a las víctimas y sus familias. Por supuesto deben investigarse causas y deslindarse responsabilidades.
Me reitero a la entera disposición de las autoridades para contribuir en todo lo que sea necesario», apuntó el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, en un mensaje difundido por Twitter. La estructura desplomada forma parte de la vía del metro construido cuando Ebrard fue jefe de Gobierno de la capital (2006-2012). La línea 12 se inauguró el 30 de octubre de 2012, pero se clausuró en marzo de 2014 por fallos y se reabrió de octubre a noviembre (en varios tramos) en 2015.
El tramo se rehabilitó bajo el gobierno del alcalde Miguel Ángel Mancera (2012-2018) posteriormente, según los vecinos de la zona, la estructura quedó resentida por los sismos de septiembre de 2017. Diversas organizaciones de ciudadanos han criticado la precariedad de las instalaciones del metro de la ciudad y la falta de mantenimiento que causa frecuentes interrupciones en el servicio.
El pasado 9 de enero se produjo un incendio en el centro de control del metro de la Ciudad de México, en el Centro Histórico, que causó un muerto y al menos 30 trabajadores intoxicados, además de seis líneas sin servicio. El metro de la capital mexicana transporta a cerca de 6 millones de personas todos los días laborables, lo que lo convierte en uno de los más transitados del mundo, aunque su demanda baja durante el fin de semana.
El secretario de Gobierno, José Alfonso Suárez del Real, explicó que los heridos estaban siendo trasladados a los hospitales de las alcaldías de Tlahuac e Iztapalapa, oriente de la capital. Las primeras imágenes de vídeo muestran cómo dos vagones del metro cayeron sobre la avenida en la que en esos momentos circulaban decenas de vehículos.
Al lugar llegaron de inmediato los servicios de emergencia para atender a las víctimas y para remover el tren desplomado. En un vídeo de las cámaras del sistema de vigilancia del Gobierno de la Ciudad de México se observa cómo la estructura elevada se rompe al paso del tren que se desploma, desde una altura de unos 20 metros, y dos vagones del convoy quedan en «V» e impactados contra el suelo.