China ha aplicado alrededor de 200 millones de dosis de vacunas contra el COVID-19 en su territorio, especialmente entre trabajadores de primera línea, estudiantes universitarios y residentes en zonas fronterizas, dijeron las autoridades.
Beijing aceleró sus esfuerzos de vacunación tras un inicio lento, debido en parte a que la transmisión casi se ha eliminado. El miércoles se reportaron apenas dos contagios locales, ambos en la ciudad de Ruili, en la frontera con Myanmar.
Las autoridades confirmaron seis nuevos casos el jueves, todos ellos importados, mientras siguen las pruebas de detección del virus en Ruili, donde el último brote parece estar contenido.
China ha autorizado cinco vacunas de producción nacional y exportado millones de dosis, aunque algunos científicos creen que ofrecen menos protección que los fármacos de Pfzier, Moderna y AstraZeneca. Las vacunas chinas tienen una efectividad de entre el 50,7% y el 79,3%, según datos de las compañías, por debajo de sus competidoras extranjeras pero aún eficaces.
La inmensa mayoría de las vacunas que se aplican en China son de dos dosis, aunque también hay disponibles cantidades más pequeñas de las que requieren sólo una o tres.
No estuvo claro de inmediato qué porcentaje de la población está totalmente inmunizada tras recibir todas las dosis necesarias.
En este momento, los esfuerzos de vacunación en zonas claves y grupos de población claves avanzan sin incidentes en general”, dijo Cui Gang, funcionario del Centro de Control de Enfermedades, a reporteros en una conferencia de prensa el miércoles. El 80% de los trabajadores del sector sanitario han recibido al menos una inyección, añadió.
Ciudades en todo el país han reportado falta de suministros y algunos residentes dijeron que no podían conseguir cita para recibir la segunda dosis, informó el vocero de la Comisión Nacional de Salud, Mi Feng. Las autoridades sanitarias reconocieron los problemas y apuntaron que los gobiernos locales deberían tratar de asegurarse de que la segunda dosis se aplique en el plazo de ocho semanas.
China pone millones de vacunas al día y su objetivo es inmunizar a 560 millones de sus 1.400 millones de habitantes para mediados de junio.
China aisló durante más de dos meses la ciudad de Wuhan a partir de enero de 2020, tras detectar el coronavirus por primera vez a finales de 2019. Wuhan pasó a ser conocida como el epicentro de la pandemia, aunque Beijing ha sugerido que el virus podría haber circulado antes o haber llegado al país desde otro país.
Desde entonces, ha controlado el virus con estrictos controles fronterizos y rápidas cuarentenas cada vez que surgen nuevos brotes. Las mascarillas en espacios cerrados siguen siendo casi universales y la mayoría de comercios, oficinas y edificios públicos requieren que la gente muestre aplicaciones de monitoreo de salud en sus celulares.
Aunque China fue la primera gran economía en reabrir tras los efectos del virus, se cree que las restricciones han limitado su crecimiento, especialmente mientras Beijing se prepara para recibir a decenas de miles de visitantes como anfitriona de los Juegos Olímpicos de Invierno en febrero de 2022.
Además de desplegar una enorme campaña de vacunación, las autoridades chinas tienen que convencer a una población que ya no se siente tan amenazada por el virus para que se vacune.(I)
Fuente:www.excelsior.com.mx
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