Los ecuatorianos residentes en Roma acudieron hoy a votar en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales y lo hicieron de forma ordenada y entre estrictas medidas de seguridad contra los contagios del coronavirus.
«El ambiente es positivo, la afluencia en comparación con la vez pasada es continua, no hay filas, se desenvuelve con normalidad», explicó a Efe el cónsul ecuatoriano, Saúl Pacurucu.
Los ecuatorianos en Italia están llamados a elegir entre el tándem presidente-vicepresidente de Andrés Arauz y Carlos Rabascall, del movimiento correísta Unión Por la Esperanza (UNES), o Guillermo Lasso y Alfredo Borrero, de la alianza conservadora Creo-PSC.
En la capital italiana cerca de 8.000 electores pudieron hoy depositar su voto en las urnas instaladas en el recinto Casa La Salle, en medio de medidas de seguridad contra el virus como la toma de temperatura o la rigurosa distancia.
«Creo que el sentido patriótico de los ecuatorianos que se están acercando es positivo, es un día de fiesta para Ecuador, un acto cívico.
Aunque no sea obligatorio, los ecuatorianos en Roma sienten el deseo y la necesidad de cumplir con el derecho a voto», apuntó Pacurucu.
El colegio electoral, elegido precisamente por la amplitud de sus salas, que permiten el distanciamiento, era hoy un ir y venir de personas que acudían a depositar su voto de forma muy ordenada, separados entre hombres y mujeres.
En el consulado considerarían satisfactoria una participación del 50 % del censo, debido al temor a la pandemia y al desapacible día de fuerte viento que hacía hoy en la ciudad italiana.
El objetivo es superar los 3.056 votantes de la primera vuelta, por debajo de la mitad. Una de las que se animaron a acudir fue María del Carmen Soto, de Quito, que lleva 20 años viviendo en Roma, donde trabaja cuidando ancianos. En todo este tiempo solo ha vuelto tres veces a su país natal pero asegura que le importa lo que ocurre allí. «Es importante votar, el país está mal», asegura, aunque se confiesa como «indecisa» minutos antes de depositar su voto.
Otro de los que acudieron a la Casa La Salle fue Rubén Santos, natural de la provincia de Manabí (oeste) y que lleva siete años en la Ciudad Eterna, trabajando como albañil: «Me he animado a venir por fuerza, hay que cumplir con el derecho», asegura. Lo que ocurra en su país le importa y mucho porque, apunta, su familia sigue allí, como es el caso de muchos otros votantes.
En Italia hay 43.000 electores ecuatorianos censados, la mayoría en Milán (norte), capital económica del país. Pero también se han habilitado urnas en otras ciudades como Génova (noroeste), donde hay una importante comunidad ecuatoriana y que tiene censados unos 15.000 electores, así como Turín (norte).