El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, expresó que el fallecimiento de civiles en un bombardeo israelí en un campo de desplazados en Rafah fue un «trágico accidente». Durante una audiencia en el Parlamento israelí con familias de rehenes sobre la guerra en la Franja, donde se han contabilizado más de 36.000 muertos.
Netanyahu afirmó que están investigando el caso conforme a su política, y subrayó que cualquier daño a civiles no involucrados es una tragedia para ellos.
El ataque, ocurrido el domingo 26 de mayo, cobró la vida de al menos 45 personas, incluyendo niños, en una zona que se consideraba segura en el barrio de Tal al Sultan, en el noroeste de Rafah.
Aunque el Ejército israelí señaló que se trató de una operación precisa dirigida a eliminar a dos altos mandos de Hamás, reconocieron que un incendio posteriormente generado provocó un alto número de víctimas, calificándolo como un «trágico accidente». Ante esto, el Fiscal General Militar ordenó abrir una investigación sobre el bombardeo.
El Ejército afirmó haber tomado medidas para reducir el riesgo de dañar a civiles no involucrados, como vigilancia aérea, el uso de municiones precisas e información adicional de inteligencia antes del ataque.
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