Mientras los gobiernos de México y Estados Unidos presumen una reducción en los arrestos migratorios en su frontera común, el sur de México enfrenta una realidad diferente. En Chiapas, estado fronterizo con Centroamérica, los encuentros con migrantes irregulares se han triplicado.
Las autoridades mexicanas reportaron 155,879 «eventos de personas en situación migratoria irregular» en Chiapas durante el primer cuatrimestre de 2024, un incremento de casi 214% comparado con los 49,681 registrados en el mismo período de 2023, según datos de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación (Segob).
En Tapachula, la ciudad fronteriza más grande de México con Guatemala, se interceptaron 56,801 migrantes irregulares de enero a abril, un aumento interanual de 208% en comparación con los 18,440 del mismo período en 2023.
Este fenómeno ocurre en un contexto donde la migración irregular interceptada en todo México aumentó cerca del 650% interanual, alcanzando un récord de casi 1.4 millones de enero a mayo, según el Instituto Nacional de Migración (INM) el 16 de junio.