La inmigración será un tema central en el primer debate presidencial de esta campaña entre el presidente de EE.UU., Joe Biden, y el exmandatario republicano Donald Trump.
Sin embargo, la importancia de este debate podría verse empañada por simplificaciones que abogan por «cerrar la frontera» o que etiquetan a todos los migrantes como «criminales», un enfoque extremo que ha sido promovido por el conservador.
El debate, que se transmitirá el 27 de junio por CNN, contará con un Joe Biden que llega tras haber implementado una medida de alivio migratorio y una orden ejecutiva que limitaba el asilo, descrita por la Casa Blanca como una medida para «cerrar la frontera».
Estas acciones reflejan un enfoque dual tras el fracaso en conseguir un acuerdo bipartidista en el Congreso.
El 4 de junio, Biden anunció una orden ejecutiva para restringir las solicitudes de asilo, marcando la medida migratoria más estricta de su administración hasta la fecha.
Esta iniciativa, que entró en vigor el mismo día, permite a las autoridades estadounidenses deportar a quienes no cumplan con estrictos requisitos de asilo cuando se superen las 2.500 detenciones diarias durante un promedio de siete días.