El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció el martes una nueva política destinada a proteger de la deportación a cientos de miles de indocumentados que sean cónyuges de ciudadanos estadounidenses. Según la Casa Blanca, aproximadamente 500.000 personas se verían beneficiadas por esta medida.
Estar casado con un ciudadano estadounidense ofrece un camino hacia la ciudadanía. Sin embargo, cuando un migrante entra al país de forma ilegal y luego se convierte en cónyuge de un estadounidense, debe regresar a su lugar de origen para solicitar la residencia permanente, en un proceso que puede demorar años.
Debido a esta complicación, muchos optan por quedarse en el país y correr el riesgo de ser deportados, en lugar de dejar a sus familias.
Con la nueva medida, los migrantes que hayan estado en EE.UU. durante al menos 10 años podrán aplicar a la residencia permanente y, eventualmente, a la ciudadanía sin tener que salir primero del país. También se les permitirá trabajar legalmente.
Altos funcionarios del gobierno de Biden indicaron que los cónyuges de ciudadanos estadounidenses con estatus migratorio irregular calificarían si han vivido en el país durante 10 años y estaban casados para el 17 de junio de este año. Las parejas no necesitan haber estado casadas por un período de tiempo específico.
Aquellos que califiquen tendrán tres años para solicitar la residencia permanente y serán elegibles para un permiso de trabajo de tres años. En promedio, la Casa Blanca estima que los elegibles para el proceso han estado en EE.UU. durante 23 años, la mayoría nacidos en México.
Se les otorgará lo que han llamado «libertad condicional en el lugar» y se les permitirá permanecer en EE.UU. mientras se cambia su estatus.