La policía italiana ha desarticulado una red de tráfico de drogas que operaba desde Ecuador hasta los Países Bajos, extendiendo su influencia a Francia, Albania, España e Italia.
La organización delictiva, liderada por dos hermanos albaneses, fue capturada junto con otros ocho implicados, seis en Italia y tres en Albania.
Este grupo desarrolló un submarino de control remoto para transportar sus cargamentos de drogas, desafiando las medidas de seguridad convencionales.
Este golpe revela la expansión de la mafia albanesa, que ha encontrado en Ecuador un nuevo centro de operaciones para distribuir cocaína en Italia y otros países europeos.