El tifón Kalmaegi avanza hacia Vietnam luego de dejar al menos 142 muertos y 127 desaparecidos por inundaciones devastadoras en el centro de Filipinas, según cifras oficiales divulgadas este jueves.
Las inundaciones que ha causado, descritas como sin precedentes, asolaron esta semana pueblos y ciudades de la provincia de Cebú, arrastrando vehículos, chabolas e incluso contenedores de carga.
La oficina de Defensa Civil local confirmó 114 muertes, aunque la cifra no incluye otros 28 fallecidos registrados por las autoridades provinciales de Cebú.
Más de 500.000 personas han sido desplazadas por las inundaciones.
El presidente filipino, Ferdinand Marcos, declaró el «estado de calamidad nacional», que autoriza al gobierno a liberar fondos para ayuda humanitaria e imponer límites a los precios de los productos de primera necesidad.
«Lamentablemente hay otro (tifón) de camino con potencial para ser aún más fuerte», alertó Marcos en conferencia de prensa.
Se refería así a la tormenta tropical Fung-wong, que se fortalece mientras avanza en dirección a Luzón, la isla principal de Filipinas.
La tormenta podría convertirse en tifón antes de tocar tierra el lunes.
En Liloan, un pueblo cerca de Ciudad Cebú donde se recuperaron 35 cadáveres de las zonas inundadas, periodistas de la AFP vieron autos apilados y techos arrancados de edificios. Los habitantes trataban como podían de retirar el lodo.
Una mujer con necesidades especiales fue una de las víctimas en Liloan, al quedar atrapada en su habitación cuando su casa fue inundada.
«Intentamos abrir (la puerta de su habitación) con un cuchillo y una palanca pero no cedió. Luego comenzó a flotar el refrigerador», contó Christine Aton, hermana de la víctima.
«Abrí la ventana y mi padre y yo salimos a nado. Lloramos porque queríamos salvar a mi hermana mayor», relató la mujer, de 29 años.