Un muro los separa del sueño americano, dicen que al otro lado hay una tierra que promete días mejores, es por eso que para llegar al paraíso no importa someterse a un calvario.
Como lo hacen muchos ecuatorianos que recurren a coyotes para llegar de forma ilegal, a los Estados Unidos.
Johana Alvarado lo hizo. Ella tiene 30 años y es oriunda de Cuenca, pero actualmente vive en Hampton Bays, estado de New York.
En octubre pasado, en plena pandemia, salió de su ciudad, huyendo de grupos que reclutan a personas para prostituirse, pagó cerca de 13 mil dólares para viajar a Estados Unidos.
Cuando llegó a la frontera, vino lo peor. Dice que sufrió una lesión en su pierna, perdiendo una de ellas debido a la gravedad. Autoridades migratorias le dijeron que si tenía posibilidades de quedarse, al dejarían, es así como llegó a Hampton Bays donde un tío.
Pero no es la única que experimenta el horror de este peligroso viaje, Johana contó lo que ocurrió con otra migrante que no tuvo la misma suerte.
Una mujer embarazada terminó falleciendo. Actualmente ella continúa su recuperación, mientras se aferra a la ilusión de mejores días.
