Después de una odisea marcada por el coraje y la solidaridad, el joven ecuatoriano Alejandro Bueno Tenesaca ha encontrado un nuevo hogar en Nueva York. Su historia capturó la atención del mundo cuando, tras atravesar la peligrosa selva del Darién durante 10 horas, rescató a un niño venezolano de cuatro años, Keiler, en medio de la selva panameña.
Alejandro llevó a Keiler en sus hombros hasta Bajo Chiquito, donde lo entregó al personal de UNICEF, antes de continuar su viaje hacia Estados Unidos. Su meta finalmente se cumplió el pasado 12 de abril de 2024, cuando cruzó la frontera estadounidense.
En una entrevista con el periodista Christian Sánchez, Alejandro relató los desafíos que enfrentó en su travesía. «Fue muy duro, nunca había estado en algo parecido, porque me llevaban esposado de pies y manos (…) pero la fe en Dios me dijo que todo se va solucionar y así fue. Me dieron el asilo en Estados Unidos, algo que mucha gente no consigue y gracias a Dios me lo dieron», compartió el joven de 19 años, oriundo de Sucúa, en la provincia de Morona Santiago.
Durante su viaje, Alejandro estuvo detenido en cuatro prisiones distintas, pasando un total de 1.500 horas bajo custodia. Desde Texas hasta Georgia, enfrentó condiciones difíciles, siendo esposado y caminando con cadenas en pies y manos.
Con una camiseta que proclama «Vivo en Nueva York», Alejandro refleja la esperanza y la determinación que lo llevaron a cruzar continentes en busca de un futuro mejor. Su historia es un recordatorio del coraje y la humanidad que persisten incluso en los momentos más difíciles de la migración.