El exministro de Seguridad Pública José Raúl Mulino, próximo a cumplir 65 años, se ha alzado como el ganador de las elecciones presidenciales en Panamá en uno de los desenlaces más sorpresivos de la historia del país.
A pesar de que su victoria no fue inesperada, el contexto en el que se desarrollaron los comicios añadió un elemento de suspense inusual.
Mulino, respaldado por el expresidente Ricardo Martinelli desde su refugio en la Embajada de Nicaragua en Ciudad de Panamá, mantuvo una ventaja constante desde el inicio del conteo de votos, a pesar de las controversias que rodearon su candidatura.
El candidato del partido Realizando Metas, aunque ha sido etiquetado como populista, rechaza ser catalogado como ultraderechista. Al obtener el 34,37% de los votos, aseguró su triunfo en un sistema electoral donde no existe segunda vuelta o balotaje.
Ricardo Lombana, el candidato anticorrupción de origen asturiano, quedó en segundo lugar con casi 10 puntos de diferencia, obteniendo el 24,90% de los votos, mientras que el expresidente Martín Torrijos, miembro del Grupo de Puebla, se posicionó en tercer lugar con el 16,02% de apoyo, tras el escrutinio del 97% de las mesas.