Este martes, la Corte Suprema de Arizona revivió una antigua ley estatal de 1864 que castiga el aborto con penas de prisión de dos a cinco años, a excepción de casos donde la vida de la embarazada esté en riesgo. La normativa, que no contempla excepciones para casos de violación, incesto o complicaciones en el embarazo, entrará en vigor dentro de 14 días, período otorgado para presentar apelaciones en tribunales inferiores.
Esta decisión surge tras intensas disputas legales sobre la aplicabilidad de la ley, la cual había permanecido inactiva durante décadas debido a legislaciones estatales más recientes, incluyendo una ley de 2022 que permitía el aborto hasta las 15 semanas de gestación.
La reacción no se hizo esperar, con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, expresando un rechazo enérgico desde Washington. Biden catalogó el fallo como un producto de la «agenda extrema» de funcionarios republicanos, acusándolos de atentar contra la libertad de las mujeres.