El adolescente aislado, el lunes 22 de enero de 2024, en una escuela de Ecuador tras haber amenazado con un revólver contra uno de sus profesores y compañeros quedó en libertad, con la prohibición de salir de país durante los 30 días que dure la instrucción fiscal y con la obligación de presentarse periódicamente ante las autoridades.
Así lo informó este martes en un comunicado la Fiscalía, que procesa al adolescente por presunto terrorismo y que en la audiencia de flagrancia y formulación de cargos solicitó su internamiento en un centro de menores, lo que fue desestimado por el juez de turno.
A su vez, el magistrado ordenó medidas de protección a favor de las autoridades de la escuela donde ocurrió el hecho y una funcionaria del Ministerio de Educación.
Los hechos ocurrieron en la mañana del lunes en una escuela de la tropical ciudad de Santo Domingo de los Tsáchilas, capital de la provincia del mismo nombre.
De acuerdo a la Fiscalía, «el estudiante habría sacado un revólver de su mochila, minutos después de haber ingresado a la unidad educativa, con el fin de –presuntamente– atentar contra dos de sus compañeros».
«En ese momento, un docente intentó conversar con él, pero el ahora procesado trató de dispararle. Sin embargo, el arma no habría funcionado correctamente», apuntó el Ministerio Público.
Tras ser alertados, los agentes de un puesto policial cercano acudieron al lugar y lograron inmovilizar al adolescente para proceder a su detención.
El hecho se dio en momentos que, tras una oleada de atentados y acciones violentas, el Gobierno ha elevado la lucha contra el crimen organizado a la categoría de «conflicto armado interno» y ha declarado a las bandas criminales, principalmente dedicadas al narcotráfico, como grupos terroristas y actores beligerantes no estatales a neutralizados por las fuerzas del orden.
Esta semana comenzó el retorno progresivo en las escuelas del país a las clases presenciales, tras haber sido suspendidas luego de la espiral de violencia vivida en la segunda semana de enero, donde se registraron secuestros de policías, asesinatos, alertas de explosivos, vehículos incendiados, motines en cárceles con cerca de 90 presos fugados y unos 200 rehenes ya liberados, y la toma de un canal de televisión por un grupo armado.