Durante los ocho meses que ha estado hospitalizada, su madre, María Verdejo, ha expuesto el caso en redes sociales en pos de presionar a las autoridades sanitarias de España para que no se le niegue ningún servicio, en el marco de un largo viacrucis por su recuperación.
El caso médico tuvo inicio el 28 de septiembre del pasado año. En compañía de una amiga, Marta, de 19 años, tomó un batido de proteínas que le fue ofrecido en su gimnasio, tras advertir a quien se lo extendió que era alérgica a los frutos secos.
De inmediato, su cuerpo reaccionó ante los pistachos que se hallaban en el producto. Volvió a casa de inmediato, pero en el camino se descompensó y, en vista de que su condición empeoraba cada minuto, fue trasladada directamente a un centro de salud .
Tras ser atendida, su madre narra que le administraron el fármaco Urbason y le otorgaron el alta. No obstante, al sufrir un decaimiento en su salud tras regresar a su hogar, fue trasladada de emergencia a a la casa de salud de vuelta.
Después de que sufrió un paro cardiorrespiratorio, la remitieron al Hospital Virgen de los Lirios, en Alcoy, un municipio del sureste de España, en donde entró en coma y, según su progenitora, recibió un «trato inhumano» durante los tres meses que estuvo ahí.
“La sacaron de la unidad de cuidados intensivos a pesar de la recomendación de la persona responsable de la sala de que su vida estaba en peligro”, informó María, quien consiguió que Marta fuera admitida en el hospital Vithas Consuelo, de Valencia, para que reciba una atención especializada en neurorrehabilitación.