La represión gubernamental en Nicaragua «nunca ha cesado» desde mediados de 2018, cuando el presidente Daniel Ortega recurrió a ataques armados para silenciar protestas en su contra, según un informe presentado ayer en Managua y avalado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
De acuerdo con el informe, elaborado por el grupo interdisciplinario Monitoreo Azul y Blanco, desde el 4 de julio de 2018 la represión gubernamental en Nicaragua ha producido 10.360 incidentes, entre los que se cuentan 410 asesinatos, mientras que unas 3.511 personas han sufrido detención arbitraria, 4.147 han recibido amenazas y 2.437 han sido agredidas.
«La represión nunca ha cesado, sin embargo es cíclica y se acentúa en fechas claves», señaló en sus conclusiones el grupo Monitoreo Azul y Blanco, cuyos integrantes reciben denuncias y elaboran reportes, a veces de forma clandestina, para organizaciones defensoras de derechos humanos nacionales e internacionales.
La comisionada y relatora de la CIDH para Nicaragua, Antonia Urrejola, calificó el trabajo del grupo de monitoreo como «fundamental», especialmente después de que los delegados del organismo, incluyendo al Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (Meseni), fueron expulsados del país centroamericano, a fines de 2018. (I)
Fuente:www.lahora.com.ec